Molinero Revista Año: 3 Número: 11 Enero - Febrero 2021

64 Brasil MOLINERO-MILLER / Enero-Febrero 2021 Brasil es el país más grande de América del Sur. Con más de 200 millones de habitantes, Brasil es el quinto país más poblado del mundo. Después de Estados Unidos, es la segunda economía más grande del hemisferio occiden- tal. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 expuso a Brasil a un desafío sanitario y económico sin precedentes. A pesar de la recesión, se espera que el marco macroeco- nómico de Brasil siga siendo en general adecuado. Las políticas macroeconómicas de Brasil han jugado un papel importante en su surgimiento como uno de los principales exportadores de productos agrícolas, como haba de soja, maíz, algodón, azúcar, café, jugo de na- ranja y carne. Sin embargo, los períodos prolongados de depreciación de la moneda, los bajos costos de la ener- gía y las tasas de interés, el aumento de la demanda de materias primas para biocombustibles y las fluctuaciones macroeconómicas han contribuido al surgimiento de Bra- sil como un competidor de Estados Unidos en los merca- dos agrícolas mundiales. El sector agrícola es un contribuyente clave en la eco- nomía de Brasil. La producción agrícola primaria contri- buyó con el 8 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país en el 2019, y todo el sector de procesamiento y distribución agroindustrial representó el 32 por ciento del PIB brasileño. Brasil ha hecho una transformación significativa de ser un exportador de productos agrícolas tropicales como café, azúcar y cacao en las décadas de 1960 y 1970 a convertirse en un importante proveedor mundial de haba de soja, maíz, algodón, azúcar, café, jugo de naranja y carne en los 2000. El crecimiento de la agricultura brasileña tiene sus raí- ces en la estrategia de desarrollo adoptada a mediados de la década de 1960 que enfatizaba las tecnologías y las prácticas de gestión agrícola más adecuadas para las la- titudes tropicales. Desde mediados de la década de 1990 en adelante, con el aumento de los precios mundiales de los productos básicos agrícolas, el crecimiento agrícola sostenido de Brasil ha sido impulsado en gran medida por la inversión, marcado por el aumento de la inversión extranjera y una mayor influencia de las empresas multi- nacionales en la producción agrícola y el procesamiento de alimentos. El aumento de la producción aumentó la capacidad del sector para aprovechar las oportunidades de exportación, como la creciente demanda de piensos en China y otros mercados extranjeros. La producción de haba de soja de Brasil rivaliza estrechamente con la de Estados Unidos, y cada una representa aproximadamente un tercio (33-36 por ciento) de la producción mundial. Brasil es también el tercer productor de maíz más grande del mundo, con alrededor del 8 por ciento de la producción mundial. Du- rante 2005-19, Brasil exportó un promedio anual de 42 millones de toneladas de haba de soja y 18 millones de toneladas de maíz. La creciente demanda de haba de soja de China des- empeñó un papel clave en la estimulación del crecimiento de las exportaciones agrícolas de Brasil. Es probable que las exportaciones brasileñas sigan creciendo de manera significativa, especialmente si la creciente demanda de China impulsa aún más las exportaciones brasileñas. Las exportaciones totales de haba de soja brasileña a Chi- na aumentaron de 7,2 millones de toneladas en el 2005 a 68,6 millones de toneladas en el 2019, ayudadas por la sustancial depreciación del real. China es el principal socio comercial de Brasil, como destino del 30% de las exportaciones brasileñas y fuente del 20% de las impor- taciones brasileñas. El futuro crecimiento de las exportaciones agrícolas brasileñas está estrechamente vinculado al crecimiento económico mundial. La línea de base del Departamento de agricultura de los Estados Unidos para el 2020 pro- yectó una tendencia de crecimiento global a largo plazo en la demanda que conduciría a una mayor demanda de productos básicos brasileños. Ahora que el gobierno bra- sileño proporciona mayores incentivos económicos inter- nos al sector agrícola en respuesta al COVID-19, se es- pera que Brasil continúe aumentando su competitividad agrícola durante la próxima década.

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