Molinero Revista Año: 3 Número:14 / Septiembre 2021
68 ENTREVİSTA MOLINERO-MILLER / Septıembre 2021 La segunda categoría de exportaciones son las expor- taciones realizadas dentro de un bloque comercial. Aquí, gracias a los acuerdos de unión aduanera entre países, los países pueden exportar harina entre sí sin pagar im- puestos de importación. La Unión Europea, CEDEAO, CO- MESA, MERCOSUR y ASEAN son los bloques comerciales más importantes. De esta forma, el país de la ASEAN, Vietnam, otro país de la ASEAN, Tailandia; Egipto, miem- bro del COMESA, puede exportar a Madagascar, que también es miembro del COMESA, oa otro miembro de la CEDEAO, Siera León, sin pagar los derechos de impor- tación de países fuera del bloque. Debido a la desventaja fiscal, todavía no es posible que la harina de un país fuera del bloque comercial ingrese a los países donde el im- puesto de importación es muy alto. La relación entre las exportaciones realizadas dentro del bloque comercial y las exportaciones mundiales totales está en el nivel del 33%. La tercera categoría de exportación de harina es la expor- tación al extranjero. En esto, un país competitivo exporta a un país vecino oa otro país lejano donde no está en el mismo bloque comercial. El mejor ejemplo de esto es, por supuesto, Turquía. La participación de las exportaciones de harina de ultramar en las exportaciones mundiales totales es del 20% con 2,7 millones de toneladas, y Turquía realiza solo el 60% de las exportaciones de harina de ultramar. Turquía exporta harina en forma de comercio fronte- rizo y comercio de harina de ultramar. Los dos países con los que hacemos comercio fronterizo, Irak y Siria, representan el 52% de nuestras exportaciones totales. Sabemos que recientemente se han realizado grandes inversiones en molienda en el norte de Irak. Cuando se completen estas inversiones, experimentaremos una pér- dida grave en nuestras exportaciones iraquíes. La ten- dencia que observamos en los mercados de exportación extranjeros es que estos países están estableciendo sus propias fábricas. Por ejemplo, hace 10 años Indonesia era un mercado donde exportábamos cerca de 500 mil toneladas. Desafortunadamente, esta cifra ha caído aho- ra a un nivel insignificante de 30 mil toneladas por año. El motivo de esta disminución no fue el aumento de los derechos de importación ni las medidas antidumping o de salvaguardia. Indonesia ha aumentado el número de fábricas y el mercado se ha convertido en un mercado eficiente. Y esto eliminó la necesidad de importar harina. El mismo desarrollo se ha vivido en Filipinas. Nuestra ex- portación se ha reducido desde 170 mil toneladas a 20 mil toneladas. También en Africa lo cual es uno de nuestros mercados mas importantes se instalan las fabricas de hari- nas nuevas. Los gobiernos africanos, que adoptan el mode- lo de industrialización con sustitución de importaciones, a diferencia del Lejano Oriente, prohíben las importaciones de harina o imponen un impuesto preventivo a la importa- ción tan pronto como su capacidad de trituración de trigo alcanza el punto en que pueden alimentar al país. Por lo tanto, es inevitable que experimentemos una contracción en nuestros mercados de exportación extranjeros. No soy de los que piensan que Rusia tiene una estra- tegia para exportar harina en lugar de trigo, o que es prudente si la hay. Porque, como expliqué anteriormen- te, cuando examinamos en detalle el comercio mundial de harina de 13,5 millones de toneladas, vemos que el mercado no es tan grande como se cree para un país que desea convertirse en un exportador mundial de harina. No creo que un país como Rusia que exporta 40 millo- nes de toneladas de trigo apunte a un mercado de 2,7 millones de toneladas, que se contrae cada día, y sobre todo que imponga un impuesto a la exportación de ma- terias primas para ello. Si Rusia está apuntando a países importadores de trigo en lugar de países importadores de harina y se cree que esos países importarán harina en lugar de trigo, este no sería un enfoque lógico nueva- mente. Porque la importación de harina nunca puede ser una alternativa a importar trigo y partirlo en su propio país en el contexto de la seguridad alimentaria. La vida útil de la harina es tan corta que no se puede comparar con el trigo. Es mucho más difícil de almacenar que el trigo. El suministro de trigo se puede realizar en gran- des tonelajes y es un mercado diez veces más profundo que la exportación mundial de harina. En problemas de calidad, la corrección de la calidad se puede lograr mez- clando con otros trigos. Por lo tanto, ningún país quiere cerrar sus molinos y hacer que el país dependa de las im- portaciones de harina pura. Las importaciones de harina solo pueden compensar la escasez de producción local. NUEVA TENDENCIA ES IMPORTAR EL TRIGO Y ROMPERLO EN LA DESTINACION Yo pienso que en los próximos periodos se reducirán el comercio de harina mundial. Ya la nueva tendencia es importar el trigo y romperlo en la destinación. Con los motivos que he descrito arriba anteriormente cuando no permite el país importador a la importación de harina de trigo instalando las molinas en su propio país, no signifi- cara nada estar produciendo en Turquía, Rusia o Ucrania. Por supuesto, el comercio de harina de trigo en el mundo nunca será cero. Una crisis alimentaria, una cri- sis política o económica o la sequía en alguna parte del mundo requerirá harina de importación. Cuando surge una necesidad, “¿dónde comprar harina?” La respuesta a la pregunta debe seguir siendo Turquía como es ahora. Para ello, Turquía debería restablecer el Grupo de Pro- moción de la Harina, que se cerró con una decisión erró- nea en 2017. Nuestros industriales deben centrarse en la calidad y la producción eficiente. Empresas fuera del sector, que ha comenzado a ser muy comunes en estos días, no se debe permitir recoger y exportación de hari- nas que no están claros de aquí y allá. Debemos mante- ner sólida nuestra logística de contenedores. Y quizás lo más importante, deberíamos volver a los años en los que teníamos un excedente de trigo, como en la década de 2000. De esta manera, ambos logramos una exportación de harina con más valor agregado y no enfrentamos las restricciones de exportación de los países exportadores de trigo.
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